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viernes, 17 de octubre de 2008

Rebelde con causa

Como sucede con la medicina, la actitud de las personas ante la vida está sujeta a modas o, mejor dicho, a situaciones o momentos concretos de la etapa vital de las personas.

Los pensadores, filósofos y escritores sobre motivación, estrés, superación y demás temas de autoayuda destacan en ocasiones la importancia de aprender a aceptar las cosas como vienen para vivir más feliz y estar menos tenso/a, pero a la vez hay otra corriente que defiende la rebeldía ante la vida y el enfrentamiento hacia el status quo como símbolo de emprendedurismo, progreso, valor y otras características socialmente positivas.

¿En qué quedamos entonces?

Huyendo de grandes teorías y planteamientos generales, quizá se vea más claro si vamos a lo cotidiano, al día a día. Me sirve para ello la analogía de los 3 diferentes estilos de comunicación posibles:

Agresivo – Ver ejemplo
Pasivo – Ver ejemplo
Asertivo - Ver ejemplo (inglés)

La persona agresiva se rebela como norma, incluso sin causa, la pasiva “traga” con lo que sea y ante quien sea y la persona asertiva piensa, siente y actúa en consecuencia, de forma adecuada y educada, sin remordimientos ni resentimientos. A veces se rebela, pero con causa.

Personalmente, y supongo que es una opinión que va evolucionando a lo largo de la vida, creo que ésta tiene más sentido si nos planteamos la asertividad como el único estilo de comunicación posible. Entonces es cuando vemos que aceptar no es siempre sinónimo de subordinarse a otros o aceptar la derrota, sino una manera de afrontar la vida sana y recomendable.

Incluso en un nivel más trascendental, sólo si aceptamos que la vida tiene un final podemos vivirla plenamente, sin más angustias que las necesarias.

Deberíamos aceptar más y rebelarnos menos en bastantes situaciones: en el trabajo (jerarquías), en nuestra relación de pareja (opiniones encontradas), con los amigos (punto de vista ajeno)…

Aunque existe una visión negativa de la persona que se conforma, que hace referencia a claudicar ante los hechos, a no luchar para cambiar las cosas, a rendirse antes de tiempo, etc., hay también una infravalorada concepción positiva de la persona acomodaticia, que es precisamente la de aceptar lo que te da la vida, sin frustraciones improductivas o ansiedades no adaptativas.

Como yo lo veo, si aceptas con todas las consecuencias no estás claudicando, porque no hay lugar para la derrota, simplemente estás aceptando.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Intoku:
Interesante post. Pero creo que has plateado el asunto, haciendo una diferencia clara y marcada de los tres estilos, cuando en realidad, como muy seguramente sabes, la aertividad, se sitúa en un punto intermedio entre los otros dos estilos y se define como un comportamiento comunicacional maduro en el que la persona ni agrede ni se somete a la voluntad de otras personas, sino que expresa sus convicciones y defiende sus derechos... He dicho "defiende sus derechos", ya me dirás tu si para algunos defender los derechos, convierte en agresivo a la persona que lo hace. Me explico... para muchos sino estas a favor, pues estás en contra.
Hay personas tolerantes y sobretodo pacientes, pero que al intentar defender sus derechos han sido vistas como agresivas.
Solo puedo decir que hay que colocarse en la piel del otro para pensar con más humanidad, sentirlo en tu piel y actuar en consecuencia de tus valores.

Un saludito...por cierto no has visitado mi blog, " como dicen en Colombia.. "no se vale", que yo visite el tuyo y tu el mio no. Chaoo!!
Norma Pernett

http://medicablogs.diariomedico.com/normapernett/

Rubén Turienzo dijo...

Me encanta trabajar la asertividad en mis clientes porque es como convertirles en jedi (que quieres soy un poco freak)

Un abrazo joven padawan

Héctor dijo...

Considero que la asertividad es la habilidad que tenemos para decir las cosas a nuestros jefes...jejeje. Es broma.

Felicidades pro el post.