Decía un profesor que tuve en la facultad de psicología de la Universidad de Barcelona, que fue del que más aprendí en 4 años, que del mismo modo que el objetivo de la vida no es respirar, el objetivo del trabajo no es ganar dinero. Si no respiramos, dejamos de vivir; pero no es el motivo por el cual vivimos.
"Me interesa el futuro - decía Woody Allen- porque es el sitio donde voy a pasar el resto de mis días". Del mismo modo al ciudadano le preocupa su lugar de trabajo y las condiciones que le acompañan. Hubo un tiempo en que el máximo lujo que se podía esperar de una empresa -más allá del sueldo- era un vale de economato, turrón por Navidad y una cubertería a los veinte años de fidelidad. Hoy la realidad empresarial tiende a sustituir el paternalismo por incentivos económicos, mientras los trabajadores tienden a reclamar valores intangibles: respeto, independencia, calidad de vida...
En trabajos que requieren un elevado nivel de iniciativa personal, señalan los expertos en relaciones laborales, cuidar la calidad de vida de los trabajadores acaba siendo beneficioso para las empresas, aunque cuidar esta calidad de vida requiere inversiones y al principio pueda parecer más costoso. La conclusión se basa en que, si un trabajador se encuentra a gusto con su trabajo, estará más motivado y rendirá más. Ejemplos de empresas como Google en Estados Unidos o MRW en España, que cuidan el bienestar de los trabajadores y obtienen grandes beneficios, sustentan esta teoría.
Puntos que valoran los trabajadores
1. El proyecto empresarial
2. Flexibilidad de turnos
3. Personalidad y autoridad moral de quien dirige
4. Que esté cerca de casa o transporte gratuito
5. Guarderías de empresa o tickets equivalentes
6. Salas de gimnasio, ocio, solarium, biblioteca...
7. Ayudas para cursos de formación
8. Jornadas intensivas o reducción de jornada
9. Comedor de empresa
10. Posibles excedenciasFuente: La Vanguardia