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sábado, 7 de noviembre de 2009

Pensar en pensar

El proceso comunicativo está repleto de gestos, expresiones faciales, movimientos y posturas que reflejan sentimientos, opiniones y preferencias. La mayoría de estas conductas comunican a los demás estados de ánimo internos, pero también pueden tener una fuerte influencia en quien los emite. Una sonrisa transmite bienestar tanto al receptor como al emisor. También una señal de afirmación o negación con la cabeza ayuda a corroborar o rechazar una opinión.

Sentarse de forma correcta puede aportar bienestar psicológico, confianza y autoestima. Richard Petty, profesor de psicología en la Universidad Estatal de Ohio (EE.UU.), asegura en un trabajo publicado en "European Journal of Social Psychology" que una postura correcta da mayor seguridad en los propios pensamientos y en la manera de pensar sobre uno mismo, sean creencias positivas o negativas.

Este comportamiento, que parece lógico e intuitivo, es el resultado de un complejo proceso mental. La autovalidación, como se denomina, consiste en reflexionar acerca de los propios pensamientos y, de alguna manera, intenta confirmar qué se piensa. En este asunto ha centrado sus investigaciones Pablo Briñol, de la Universidad Autónoma de Madrid, junto con el equipo de Petty. Ambos han determinado que los gestos o las posturas no influyen de manera directa en los pensamientos ("si asiento con la cabeza es que estoy de acuerdo"), sino que atañen más bien a la confianza que se tiene sobre las reflexiones.

Los pensamientos positivos sobre una determinada propuesta implican la posibilidad de que, al asentir con la cabeza, se aumente la confianza en la validez de los pensamientos favorables. Como consecuencia, el convencimiento es mayor.

Los primeros trabajos de Briñol se centraron en el estudio de los movimientos de cabeza. Desde entonces, tras ser nominado para el Premio Anual a la Innovación Teórica en Psicología Social por la Society for Personality and Social Psychology, ha realizado más investigaciones centradas en otras conductas: expresiones faciales, postura de la espalda o movimientos de extensión y flexión de brazos. Estos pueden influir también en la persuasión y aumentan o disminuyen la confianza de la gente sobre sus pensamientos.



Fuente: Consumer Eroski

2 comentarios:

Paquito dijo...

Como bien sabes Intoku, el 80% del mensaje de una persona no sale de sus labios, sino de su actitud no verbal: existen tratados en el mundo de los negocios sobre cómo sentarse a la hora de negociar y demás (por poner un ejemplo).

El otro día, haciendo un cursillo online en la empresa (sobre temas de negocios en entornos multiculturales) aprendí que este factor también debe ser tenido en cuenta a la hora de reunirse o trabajar con personas de otros países (en algunas culturas, el recostarse en la silla a la hora de hablar de negocios, puede significar un desaire irreparable)...

Gracias por compartir el artículo: me viene de perlas :-))

Un abrazo,

Paquito.

intoku dijo...

Gracias a ti por tu participación Paquito, siempre el primero!!