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domingo, 27 de septiembre de 2009

Un mal jefe puede llegar a matar de estrés a sus empleados

Entrevista a Kenneth Nowack, psicólogo, experto en inteligencia emocional:

¿Hombres y mujeres nos enfrentamos al mundo de forma distinta?
Las mujeres tienen una manera de enfocar la vida mucho más participativa, de inclusión y confianza en los demás.

¿Cuestión de hormonas?
Sí, se debe al péptido prosocial llamado oxitocina, sumado a las diferencias cerebrales y la socialización. Las mujeres bajo estrés muestran una respuesta única, diferente de la reacción típica de lucha o huida.

¿Hay más opciones?
Reaccionáis protegiéndoos vosotras mismas y a vuestra descendencia mediante comportamientos de cuidado y formando alianzas con un grupo social más amplio.

¿Ellos luchan o huyen y nosotras cuidamos y hacemos amigos?
Así es, las bases biológicas de la empatía y la confianza, según estudios recientes, apoyan la idea de que las variaciones en el nivel de oxitocina en hombres y mujeres se asocian significativamente con un aumento de la confianza, la colaboración, la empatía y el comportamiento prosocial de las mujeres.

Entonces las féminas lideran mejor...
Sí, vosotras sois más eficientes creando ambientes de participación, pero en cambio en dureza y determinación ganamos nosotros.

... Cuestión de bemoles.
Hoy tenemos claro que los líderes impactan no sólo en la productividad y la motivación, tienen un impacto importante en la salud física y psíquica de los empleados.

¿Tener un jefe difícil afecta a la salud?
Pager y colaboradores hallaron valores elevados de presión arterial en empleados que trabajan bajo las órdenes de personas con escasa capacidad de liderazgo. Los malos jefes, los que provocan estrés, pueden llegar a matar literalmente a sus empleados.

Caray, si que son peligrosos...
El cortisol mantenido (hormona que segregamos cuando estamos estresados) puede llegar a deteriorar órganos vitales.

Un neurólogo me dijo que una persona nerviosa puede influir en los otros aunque no abra la boca...
Conozco esos estudios sobre la emocionalidad contagiosa que demuestran que los estados emocionales son como un germen que se propaga, por eso en las empresas los líderes son los que marcan el tono. Pero, del mismo modo, una simple sonrisa provoca en el interlocutor una respuesta neurológica que le hace estar más abierto y dispuesto a colaborar.

¿Y si no sonríes, si no expresas nada?
Las hormonas espejo están preparadas para captar cualquier variación en la expresión. Su cerebro, incluso antes de que lo pueda pensar, está programado para detectar el peligro, así que eso que llaman instinto actúa antes que el raciocinio y te dice si puedes confiar en esa persona o no.

He conocido a individuos cuya sola presencia crea armonía...
Es un hecho fisiológico. Hay personas que segregan más oxitocina y los otros lo captan inmediatamente y, a su vez, se ponen a segregarla. Cuando tú percibes que alguien confía en ti segregas más oxitocina.

¿Hay gente que tiene el poder de cambiarnos fisiológicamente?
Hay estudios que demuestran que monjes budistas, con miles de horas de meditación, han tenido un cambio a nivel estructural cerebral y tienen mayores dosis de oxitocina y menos cortisol y, obviamente, esto afecta a las personas con las que en un momento dado se relacionan.

¿Lo que está dentro está fuera?
Sí.

Celebramos el día mundial de la Paz, ¿la manera de conquistarla es cambiando nuestro interior?
Sí, creo que es la única posibilidad.

¿Cómo bajar el nivel de estrés general, cómo segregar más oxitocina?
Pensar, sentir y comportarse como si tuvieras altos niveles de oxitocina. Yo hago un ejercicio muy simple cada día: en cuanto me despierto pienso en algo positivo y lo intento sentir. Luego me propongo hacer algo positivo durante el día para mí y para los demás. Eso, realizado a diario, te cambia. Y le daré una idea para combatir el estrés.

Fantástico.
Hay que cambiar la cinta de casete que nos suena en el cerebro. Pensar: ¿hay algo peor a esta situación que me abruma? La respuesta no varía: todavía estoy vivo. Hay que hacerse mentalmente resistente, eso te hace físicamente resistente.

Oxitocina, oxitocina, oxitocina…
Zas y colaboradores hicieron un estudio muy interesante: a 200 inversores les hicieron inhalar una dosis de oxitocina y compararon su comportamiento con el de personas control que inhalaron un placebo.

¿Y qué ocurrió?
Los que recibieron oxitocina fueron un 80% más generosos y mostraron la máxima confianza en el juego de inversión que se utilizó para medir la colaboración y la confianza. Este experimento demuestra que un aumento de oxitocina en el cerebro provoca un aumento en la colaboración, la confianza y el sentimiento de tratar a personas desconocidas como dignas de confianza.

Pues hagamos un perfume.
Sería perfecto e imposible. Pero yo no me esperaba que una hormona tuviera tanto efecto. Imagine que hubiera más oxitocina (confianza, compromiso, apertura) entre los líderes mundiales.


Fuente: La contra de La Vanguardia

domingo, 13 de septiembre de 2009

El arte de la paciencia

A pesar de la coincidencia con el título, no se trata de una reseña del libro de Ramiro Calle, sino de unas reflexiones que he encontrado hoy en la revista El País Semanal.


Este tema ya apareció por el blog hace más de 2 años, pero en los tiempos que corren sigue muy vigente.

Bajo el título de "Frente a la ira, cuente hasta cien", Francesc Miralles nos aporta 4 frases históricas y una reflexión final del Dalai Lama:

"La ira no nos permite saber lo que hacemos, y todavía menos lo que decimos"
Arthur Schopenhauer

"Cuando te inunde la alegría, no prometas nada a nadie. Cuando te domine la ira, no escribas ninguna carta"
proverbio chino

"La Biblia enseña a amar a nuestros enemigos como si fueran amigos, posiblemente porque son los mismos"
Vittorio de Sica

"Aferrarse a la ira es como agarrar un trozo de carbón candente con la intención de arrojarlo contra alguien. Al final eres tú quien se quema"
Siddhartha Gautama

Y la reflexión del Dalai Lama comienza así:

"Nunca debemos excusarnos y decir que nuestros enemigos nos impiden practicar la calma, y que ésta es la causa de nuestra irritación (...)" y hasta aquí. Si te interesa el texto completo lo encontrarás aquí.