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miércoles, 29 de septiembre de 2010

Destino

No podemos controlar el viento, pero podemos dirigir las velas para que sople el viento en la dirección que sea, nos conduzca hacia nuestro destino.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Siento, luego existo

Nueva entrevista de La Contra de La Vanguardia, en este caso relacionada con la psicología:


Christophe André, médico psiquiatra y psicoterapeuta
"Nos apegamos a lo que debería ser en lugar de a lo que es"

Tengo 53 años. Nací en Montpellier y vivo en París. Casado, tengo tres hijas. Soy profesor universitario y psiquiatra en el hospital Sainte-Anne, especializado en el tratamiento de trastornos emocionales, ansiosos y depresivos. Soy de centroizquierda y cristiano budista

He visto una paloma muerta y me he puesto triste...
Ha recibido una información del exterior que le ha provocado un estado de ánimo, un clima mental.

Metamorfosis silenciosas.
Los estados de ánimo son emociones muy sutiles, pero definen nuestra vida emocional mucho más que las emociones fuertes, que radicalizan y simplifican nuestra percepción de los acontecimientos. Las emociones nos empujan a la acción, y los estados de animo, a la reflexión.

A veces no sabemos qué hacer con lo que sentimos...
Yo más bien diría que no sabemos exactamente qué sentimos y entonces caemos en la cavilación - darle vueltas incesantemente a lo que nos pasa-o la huida; pero cada vez que rechazamos sentir nuestros estados de ánimo, el problema persiste. Lo que hay que hacer es escucharlos, tienen un mensaje para nosotros. El análisis de los estados de ánimo nos vuelve más inteligentes.

Hay que saber hacerlo.
Primero aceptación y después acción, nunca reacción o negación. Aceptar nuestros dolores deja sitio a nuestras dichas, y volcarse (transitoriamente) en uno mismo permite volcarse hacia el futuro; pero aceptar la tristeza no significa sumirse en ella. Y hay que distinguir entre cavilar y reflexionar.

¿Cómo distinguirlo?
Las cavilaciones surgen de la pregunta ¿por qué?:¿por qué he tomado esa decisión?, ¿por qué me ha pasado a mí? La mejor pregunta para ver más claro es cómo:¿cómo hacer para que el problema no persista? Eso es reflexionar. El por qué es una pregunta intelectual, cómo es observación. Conocer cuál es mi experiencia cuando me siento mal trae lucidez para enfrentar el problema.

Los estados de ánimo pueden cambiar varias veces en un mismo día.
Lo deseable sería dar a cada estado de ánimo la respuesta que le corresponde, pero solemos dar a todos la misma respuesta. La herramienta adecuada es la introspección, detenerse y preguntarse qué estamos sintiendo, pero resulta difícil, muy difícil.

No me desanime, doctor.
Un recurso valioso es la meditación de plena consciencia, es decir: estar presente en la experiencia del momento que estamos viviendo, sin filtro, aceptando lo que llega; sin juicios de valor y sin expectativas.

¿Por qué pesan más los estados de animo negativos que los positivos?
Nuestro cerebro está cableado así, nos atrapa más lo malo que lo bueno. Cuando estamos en calma, frente al mar por ejemplo, no nos permitimos disfrutarlo, enseguida nos viene a la cabeza un pensamiento del tipo "debo..." o "hubiera tenido que...". En lugar de estar en el instante presente, vivimos en la anticipación o en el rumiar.

Hay situaciones y sentimientos ante los que no tenemos respuesta.
Hay que aceptar que el misterio existe, pero queremos tener respuestas para todo. La persona ansiosa es la que soporta mal la incertidumbre. La tendencia a la preocupación reposa sobre una intolerancia frente a la incertidumbre.

¿Preocuparse es cavilar sobre el futuro?
Así es. Estar preocupado es tener la mente repleta de problemas por adelantado, ocupada y nerviosa. Deja de haber espacio para otros estados de ánimo, como las pequeñas alegrías cotidianas.

¿Cómo regular la inquietud?
Entendiendo que no podemos controlarlo todo y que los problemas forman parte de la vida, aceptando la incertidumbre; pero preferimos llenar el inquietante vacío de la incertidumbre actuando o anticipando. Nos apegamos a lo que debería ser en lugar de a lo que es.

Enséñeme a facilitar los estados de animo positivos.
Sonría, sabemos que sonreír aumenta los estados de ánimo positivos. Y ante un problema, dé un paseo: en lugar de bloquear el estado de ánimo intelectualmente, muévalo físicamente y tome distancia. Moverse, hablar con otras personas y entrenarse en ejercicios de gratitud son remedios poderosos

¿Cómo se entrena la gratitud?
Cada noche, piense en tres momentos agradables del día y dese cuenta de que casi siempre esos momentos se los debe a otras personas, al amigo con quien ha compartido la comida... Osi ha estado feliz escuchando música, agradezca ese momento a aquel compositor que vivió hace tres siglos.

Brillante idea.
Pensar tu felicidad ligada a otras personas da más potencia a esa experiencia y más seguridad, nos da fuerza para luchar contra ese sentimiento de soledad existencial.

La dulzura es otra gran herramienta.
Cierto, solemos pensar que la dulzura, la amabilidad, el respeto por los otros, es bueno para los que lo reciben, pero todavía es mejor para quien lo da y es consciente de las consecuencias de sus actos.

La felicidad ¿se aprende?
Un 50%, sí. La felicidad es bienestar más conciencia. Se trata de convertir los pequeños momentos de bienestar en felicidad iluminándolos con la conciencia. Saber que la felicidad es efímera e intermitente, saber hallar dentro de la tristeza o la desdicha un momento para sonreír y asumir la imperfección nos predispone a la felicidad.

Si quieres ganar dinero, piensa

Interesante entrevista publicada en La Contra de La Vanguardia:


John Mullins, profesor de emprendedores en la London Business School

"Si quieres grandes beneficios, soluciona grandes problemas"

Tengo 65 años: puedo hablar durante horas de lo que aprendí de mis fracasos y minutos de mis éxitos. Nací en Washington y vivo en Londres. Así que soy un inmigrante, como los grandes emprendedores de las sociedades prósperas. Publico Mejorando el modelo de negocio

Todos los chavales que quieren montar un negocio creen que tienen que empezar por tener un buen plan.

El cacareado business plan.
Lo piensan, lo escriben, lo idealizan, lo esconden temiendo que alguien se lo copie... Porque creen tener una idea genial.

Y buscan inversores para realizarlo.
Pero raramente los encuentran. Y cuando falla - y fallan la mayoría-creen que es que no lo cumplieron bien. Yo estuve años enseñando a redactar esos planes de negocio.

¿Y se cansó?
Descubrí tras un año en Silicon Valley que el problema no es que no se cumple el plan de negocio, sino que se cumple demasiado.

¿En qué sentido?
Las ideas geniales no existen; todo está de algún modo inventado. ¿Conoce la teoría estructuralista sobre los cuentos?

¿Vladimir Propp y discípulos...?
Pues recordará que define 31 esquemas dentro de los cuales está cualquier cuento, historia, fábula o novela que se haya narrado.

Chico conoce chica... y todos los demás.
Alejamiento: un ser querido se va; transgresión: una prohibición se transgrede; prueba: el héroe es sometido a una prueba... Así hasta 31 patrones que se van combinando.

Más o menos.
Pues el mundo de los negocios no es diferente: todo está inventado y la gracia está en la mezcla de lo existente. Un buen negocio más que hallar una idea genial consiste en hacer una ensalada con lo que te ha sobrado de la semana y está en la nevera: un trocito de queso, lechuga, algo de mayonesa...

También así puedes ser original.
¡Claro!: puedes arriesgarte con el trozo de mortadela de tu prima italiana y acertar... O no, pero debes ser consciente de que todo está inventado y que se trata de compartir o copiar lo existente para adaptarlo a la realidad siempre cambiante.

¿Entonces si no se trata de tener una gran idea? ¿De qué se trata?
De encontrar un problema: cuál es el problema que harás tuyo. Si quieres grandes beneficios, soluciona grandes problemas.

Por ejemplo.
Mi favorito es cómo Steve Jobs se reinventa Apple cuando, a pesar de su prestigio, ya había iniciado su decadencia, porque sólo fabricaba ordenadores y ya los fabricaba todo el mundo, aunque no fueran tan buenos.

Pues cuéntenos el problema de Jobs.
Jobs, más que ponerse a pensar en un gran invento que devolviera a Apple a la cumbre, buscó el gran problema. Y uno no menor era cómo la industria de contenidos musicales podía superar la gravísima crisis que le había provocado el pirateo en internet.

También afectaba a los creadores.
Su apuesta fue que si hubiera un portador de esas canciones que se bajaban de internet con calidad, la gente lo compraría...

Buena apuesta.
... Y que si también creaba un portal del que bajarse con seguridad, calidad y legalidad canciones - mucho más baratas que los CD-,y de una en una, la gente se las bajaría.

También parecía plausible.
Pero en ese momento, sólo eran dos actos de fe de Jobs; dos saltos en el vacío. Así que llamó a los propietarios de fondos discográficos, que por entonces estaban con el agua al cuello por las copias piratas, y les pidió que probaran su invento con él.

Y probaron.
Así nació iTunes: 99 centavos por canción. Menos de un dólar, pero fue un éxito tremendo desde el primer día. Y esa es otra lección: el mejor estudio de mercado es el mercado mismo, la pura realidad.

Pero te puedes equivocar.
"El fracaso empresarial - dicen con algo de cinismo pero mucha sinceridad en Silicon Valley-es un máster pagado con dinero de otros".

Me temo que se refieren al inversor.
Estoy convencido de que si iTunes no hubiera funcionado, Jobs hubiera intentado un plan B, un plan C, un plan D... hasta encontrar la solución, porque él ya había acertado al elegir el problema.

Ya veo que el plan es lo de menos.
Eso es lo que trato de innovar en las escuelas de negocios: desmitificar el business plan y dejarlo en lo que es, una mera raya en la arena desde la que empezar a andar.

¿Qué otras cosas enseña usted?
Que los emprendedores suelen fijarse demasiado en las grandes cifras macro y menos en lo esencial, que siempre es: ¿qué problema le soluciono yo al consumidor si compra mi bien o servicio? Cuando tienes ese problema, debes empezar a trazar el primero de tus planes de negocio para solucionarlo.

¿La administración ayuda?
No hagamos distingos entre privado y público, sino entre eficiente e ineficiente, porque encuentras buenos ejemplos de ambos en lo público y en lo privado. Internet, como sabe, empezó siendo una iniciativa militar: ¿hay algo más público que eso?

Y luego fue el reino del emprendedor.
También militar fue toda la inversión inicial en tecnología de Silicon Valley.

También el GPS fue sólo militar.
Pero me preocupa cierta mentalidad de ustedes, los europeos, que siempre esperan que el gobierno lidere la economía. En los países prósperos, los emprendedores saben que son ellos los que deben enseñar el camino al gobierno: después sólo le piden a cambio que no moleste.