Gracias por tu visita. ¡No dudes en dejar tu comentario!

viernes, 31 de agosto de 2007

Homo contradictorius

En pleno debate sobre el homo sapiens y su procedencia, deberíamos ocuparnos del homo contradictorius.

Lo vemos cada día. Si las personas no somos consecuentes con nosotras mismas, ¿cómo lo vamos a ser con los demás? Ahora que tenemos encima la operación retorno de vacaciones, me sirve como ejemplo otra vez el caso de la velocidad al volante.

Conocemos las reglas del juego. Sabemos que hay unos límites que no podemos (debemos) sobrepasar. Si nos preguntan qué creemos que es lo correcto, respondemos sin dudar que moderar la velocidad es la mejor opción anti-desastre. No obstante, decidimos a menudo saltarnos las reglas aceptando las consecuencias... mejor dicho, creyendo que aceptamos las consecuencias.

Hasta aquí, bien. El problema empieza cuando la tolerancia a la frustración es baja y encima nos pasamos las reglas por el arco del triunfo. Se junta el hambre con las ganas de comer.

Una de las últimas consecuencias: se ha puesto de moda sabotear los radares de velocidad de las carreteras y autopistas en todo el país. Sucede en Barcelona, Manresa y en muchos otros sitios de Cataluña, pero también en Elche y en el resto de la Comunidad Valenciana, así como en Córdoba, Bizcaia... ¡y hasta en Inglaterra! Evidentemente, no se trata de un caso aislado.



Los radares que se avecinan, integrados en las vallas de la carretera.


¿No supone un considerable ahorro de tiempo y una conducta más gratificante disminuir la velocidad en lugar de detenerse para cometer un delito?

Como dato orientativo, cada 3 días se inutiliza por parte de enfurecidos “saltanormas” un radar, aunque son actuaciones inútiles, ya que en tan sólo 48 horas vuelven a estar operativos y, además, las cámaras adicionales de seguridad de las cajas del radar se quedan con la jeta del energúmeno.

Donde algunos/as deciden no correr, otros/as deciden correr y pagar. Ahora tenemos una tercera generación: los/as que quieren correr pero no pagar… ¿Hasta dónde podemos llegar?

6 comentarios:

Paquito dijo...

Pues, a pesar de que pueda ganarme muchos enemigos, estoy a favor de los radares...

Cuando vas por la carretera a tu velocidad y ves que te pasa el típico caga prisas a 180, lo único que pienso es: "Si tiene el más mínimo descuido no sólo se mata él sino al que pase por ahí en ese momento"...

Los ingleses tienen Londres infestado de radares (en especial en las carreteras de acceso a la ciudad)... Están perfectamente señalizados y el personal lo respeta religiosamente (por el riesgo a la clavada que te pueden meter allí... Y no vengas luego con lo del "quiero impugnar la multa" que lo que te dirán es: "Muy bien Sr. Está Vd. en su derecho: primero pague la multa y luego alegue lo que deba alegar"...

Me gusta su sistema: evitan la breba de accidentes...

Un saludo,

Paquito.
Paquito's World

Enric dijo...

Está bien lo de seguir las normas, pero el eterno problema es que antes de exigir se tiene que cumpir. Recuerdo un post ya hablando de ello. Lo que tu dices es que un ciudadano tiene unas obligaciones, pero se nos suele olvidar que también tenemos nuestros DERECHOS, como tener, por ejemplo, carreteras en condiciones. Sabotear no es la solución, pero ¿cuál es?

Anónimo dijo...

Está claro que en algunos casos nos lo ponen difícil (ver los "increible" apaños de la N-II en el Maresme siendo la carretera con más sinistrealidad del país), pero personalmente creo que el factor mas modulable y al mismo tiempo mas influyente en los escalofriantes números de éste país es la INCONSCIENCIA de los que vamos al volante.....se ha llegado a un punto en que el goteo de muertes y heridos es algo demasiado "habitual"...los números son fríos pero claros, ésto tendría que ser prioridad número UNO del gobierno!!!!!!!
ZIGIC

Anónimo dijo...

A ver, dejemos de lado radares y carreteras en mal estado. La cosa se reduce a una cuestión de sentido común y de "egoísmo": ¿Para qué voy a ponerme a 200, si corro el riesgo de que me pongan una multa,y en el peor de los casos, de que no encuentren mis dientes en varios metros a la redonda?
Ya ni hablo de poner en peligro a los demás (algo que debería contar), sino del instinto animal para autoprotegerte...

Bueno, Intoku, ya ves, otra vez por aquí, dando guerra :-)

Anónimo dijo...

Es un argumento ya muy viejo, pero, ¿Por qué en Alemania se puede correr ilimitadamente en algunas de sus autopistas? Será porque están en buen estado y sobretodo porque los niños alemanes estudian educación vial.

intoku dijo...

Mucha referencia a las carreteras...mmmm...

Hay autopistas en buen estado que registran también índices lamentables de irresponsabilidad no?