Nueva sesión de acogida para nuevas incorporaciones y otra lección que me llevo para el blog. El grupo de hoy era numeroso, puesto que se aproximan las vacaciones y contratamos a personas para las suplencias de verano.
Y es curioso, pero entre las diferencias individuales de las personas, hay una que vale la pena conocer, sobretodo si te dedicas a la docencia, la formación o simplemente te gusta que te entiendan cuando tienes que explicar algo. Y se trata de cómo aprendemos los adultos.
No todos aprendemos de la misma manera, y esto se nota en las preguntas que te hace la gente durante las explicaciones. No quiero decir que unas personas aprendan más rápido que otras o que tengan más memoria para retener y anclar el conocimiento; me refiero a que cuando explicamos alguna cosa, lo que nuestro interlocutor percibe y cómo lo procesa depende de su estilo de aprendizaje.
Básicamente, y basándonos en el modo de procesar la información que tenga la persona, existen según Kolb 4 estilos: Reflexivo, Teórico, Activo y Pragmático.
Como indican sus nombres, se trata de un continuo desde lo más teórico a lo más práctico. ¿Cómo reconocer estos estilos? Una pista muy útil es ver las preguntas que se hace cada uno de estos perfiles:
- Estilo Reflexivo: ¿Por qué?
- Estilo Teórico: ¿Qué?
- Estilo Activo: ¿Cómo?
- Estilo Pragmático: ¿Y qué sucede si..?
Es bueno saber que en un auditorio lleno de personas, en una sala de formación o simplemente ante una persona a quien debes enseñarle algo, te conviene explicar el tema de forma que cubras la mayoría de posibilidades de éxito a tu alcance: explicación de “viva voz”, dibujos en la pizarra o en el rotafolios, ejemplos en primera persona o dando participación a tu interlocutor, por ejemplo.
¿Me he explicado?
lunes, 9 de julio de 2007
¿Me explico?
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4 comentarios:
Yo tuve un alumno en una empresa al que no hubo manera de hacerle pronunciar correctamente "mademoiselle" ("madmuasél"). Él decía "mamasuél". Supongo que no debía ser un problema de aprendizaje, sino más bien algo relacionado con la dislexia, ¿no?
La cuestión es que, a final de curso, YO había aprendido a decir "mamasuél"!!
Esto me recuerda al viejo chiste del "carchuto"...
Jaja Qué bueno Merce! Intoku, más claro el agua...
El chiste del "carchuto", lo puedes contar?
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