Hace algunas noches, soñé que hablaba con Jil van Eyle, el creador del Teaming.
El primer libro de Jil van Eyle, antes de escribir el famoso Teaming, fue uno llamado algo así como “40 horas y 90 minutos”. Lo contó el día que asistí a su presentación en Barcelona sobre el Teaming y el trabajo en equipo para conseguir resultados.
Es una comparativa entre las 40 horas semanales que generalmente trabajamos en la empresa y los 90 minutos que dura un partido de fútbol.
Me gustó la idea de comparar, por ejemplo, de qué manera tan distinta fluye la información. ¿Te imaginas que, siendo un jugador de fútbol, no sepas en qué minuto del partido estás? O peor aún, ¿te imaginas que no sabes cuál es el resultado que refleja el marcador? Difícil de imaginar, ¿verdad?
Bien, pues eso es precisamente lo que pasa en muchas empresas: no sabemos cuál es el resultado de lo que estamos haciendo, por qué lo estamos haciendo, cómo lo estamos haciendo, para quién lo estamos haciendo ni cuando tenemos de plazo realmente para hacerlo.
Si con información ya cuesta cumplir objetivos… ¡Imagínate hacerlo sin información!
El primer libro de Jil van Eyle, antes de escribir el famoso Teaming, fue uno llamado algo así como “40 horas y 90 minutos”. Lo contó el día que asistí a su presentación en Barcelona sobre el Teaming y el trabajo en equipo para conseguir resultados.
Es una comparativa entre las 40 horas semanales que generalmente trabajamos en la empresa y los 90 minutos que dura un partido de fútbol.
Me gustó la idea de comparar, por ejemplo, de qué manera tan distinta fluye la información. ¿Te imaginas que, siendo un jugador de fútbol, no sepas en qué minuto del partido estás? O peor aún, ¿te imaginas que no sabes cuál es el resultado que refleja el marcador? Difícil de imaginar, ¿verdad?
Bien, pues eso es precisamente lo que pasa en muchas empresas: no sabemos cuál es el resultado de lo que estamos haciendo, por qué lo estamos haciendo, cómo lo estamos haciendo, para quién lo estamos haciendo ni cuando tenemos de plazo realmente para hacerlo.
Si con información ya cuesta cumplir objetivos… ¡Imagínate hacerlo sin información!
3 comentarios:
Curiosa relación. Pero en esencia son ámbitos totalmente distintos por mucho que en los dos hay un grupo de gente con un objetivo común. El problema es que en la empresa ese objetivo común se diluye al mezclarse con objetivos propios de cada individuo.
ME parece muy interesante. Profundizaré más a ver si me entero.
Besos
Coño, Intoku, si escribes en el blog de Punset...
Eres estupendo!!!
NT e inte, tenéis razón. No obstante, los intereses personales también existen en el equipo de futbol, por ejemplo.
Hay muchos premios individuales tanto subjetivos (balón de oro, fifa world player, etc) como objetivos (pichichi, asistencias, etc) que el jugador, que es EGOISTA por naturaleza, quiere cumplir.
El equilibrio es el reto.
PD: También frecuentas el blog de Eduard Punset?
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